SIGLO XIX

Napoleón trae una esperanza

Napoleón y el cambio de siglo trajeron la esperanza de recuperar la independencia. Tropas polacas, creadas en Italia, lucharon en varias batallas de las campañas napoleónicas.

Al mismo tiempo Aleksander Czartoryski, por aquel entonces Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, pensaba en la reconstrucción del estado polaco bajo Alejandro I, zar de Rusia.
Napoleón, en parte, cumplio con los deseos de los polacos. Tras derrotar a Austria y Prusia, creó el Gran Ducado de Varsovia en 1807 en una parte de lo que antes era la antigua República de Polonia. Ayudó también en la creación de un ejército propio. Las tropas polacas participaron en todas las campañas y grandes batallas. La derrota en la guerra contra Rusia (1811-12), y la caída de Napoleón cambiaron el destino de Europa y de Polonia. El Gran Ducado de Varsovia, fue suplantado por el Reino de Polonia, el cual estaba vinculado a Rusia a través de una unión personal, ya que el Zar de Rusia era también Rey de Polonia, con su propia Constitución, Parlamento, Ejército y finanzas. Con los demás territorios polacos fueron creados: el Gran Ducado de Poznan, bajo el dominio de Prusia y la Ciudad Libre de Cracovia, bajo la protección de las tres potencias particionistas.

No nos rendiremos

Los polacos no se olvidaron de idea de independencia. En el año 1830 estalló en el Reino de Polonia una insurrección militar que destituyó al zar del trono de Polonia y convocó un Gobierno Nacional. Pero después de un tiempo la insurrección fracasó y el Reino de Polonia se convirtió en una parte integral del Imperio Ruso: se disolvió el parlamento.

Los levantamientos que siguieron trajeron sucesivas derrotas, como ocurrió en Cracovia en 1846, donde las autoridades reprimieron la sublevación utilizando a los campesinos polacos y, en consecuencia, anexionaron la República Cracoviana a Austria.
Y así hubo una serie de insurrecciones que terminaron con la aplastante derrota de la insurreción de enero (1863-1865) y se abandonó la idea de recuperar la independencia a través de las armas durante muchos años.

Después de la Insurrección de Enero hubo fuertes represalias al Reino de Polonia y se intensificó la rusificación: la lengua polaca fue abolida de los colegios y lugares oficiales. Algo muy parecido sucedió en la parte de ocupación prusa, donde las autoridades, aplicando incluso métodos brutales, sometieron a la población polaca a la germanización forzosa. La Iglesia Católica fue también duramente atacada. Solamente la parte ocupada por Austria gozaba de una considerable libertad, ya que consiguió autonomía, un Parlamento Nacional, un sistema educativo propio, autoridades locales polacas y otros privilegios. No obstante padecia de una gran pobreza y atraso cultural, lo que contrastaba con los territorios ocupados por Prusia y Rusia.

Con el objetivo de conservar el espíritu nacional hubo movimientos que produjeron que la cultura polaca se desarrollara intensamente. Las obras de los escritores como Boleslaw Prus, Eliza Orzeszkowa, Stefan Zeromski, Adam Asnyk y pintores como Jan Matejko, Józef Chelmonski, Henryk Siemiradzki y Stanislaw Wyspianski aparecieron precisamente de ese período. En 1905 Henryk Sienkiewicz recibe el Premio Nobel de literatura.
También la ciencia polaca se desarrollo: los científicos Zygmunt Wróblewski y Karol Olszewski son los primeros en obtener oxígeno y el nitrógeno líquidos. En 1853, Ludwik Zamenhoff publica su manual del esperanto; en ese mismo año se elabora un procedimiento para la obtención de queroseno a partir del petróleo y se inventa la primera lámpara de queroseno. Además, los dos premios Nobel concedidos a María Sklodowska-Curie por los logros obtenidos en física y química fueron la cumbre de los logros obtenidos por los polacos en esta época.

La revolución rusa en 1905 trajo consigo nuevos sueños de independencia. Algunos estaban de parte de la lucha armada y otros de las negociaciones con las potencias, pero, sin embargo, todos sabían que sin una guerra entre ellas la independencia no tendría ninguna oportunidad. El problema principal era escoger de los aliados: Los independistas liderados por Józef Pilsudski se declaraban a favor de la colaboración con las potencias centrales; y otros como las agrupaciones nacionalistas (Roman Dmowski), se inclinaban a realizar la alianza Rusia y con los países de la Triple Entente: Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.

error: Content is protected !!