EDAD MEDIA

Uno de los príncipes de la dinastía Piast, que reinaba sobre los polanos desde la mitad del siglo X, se convirtió al cristianismo con el objetivo de mejorar el prestigio de su país y el suyo propio. Desde un punto de vista interno, justificaba así su posición como soberano.

Por el lado de la politica exterior, pudo así unir a Polonia con otros países del mundo civilizado y acabar con el proceso de conversión al cristianismo que estaban llevando a cabo los germanos. De esta manera Micislao I (Mieszko I) es bautizado en el año 966 logrando darle a Polonia un caracter de estado independiente, centralizado y cristiano.

El reinado de Micislao (¿-992) y de su hijo Boleslao el Bravo se caracteriza como un periodo de unificación de las tribus polacas construyendo así un estado moderno y fuerte, no sólo internamente, sino también capaz de tomar parte activamente en la política europea.
Entre 972 y 990, se unieron a Polonia Pomerania, Polonia Menor y Silesia como resultado de diferentes razones como lo son matrimonios, conflictos militares, el desarrollo del comercio. Y también la fortificación del estado como un ente administrativo.
Polonia se consolidó como un estado con una posición fuerte en la región y es así como en el año 1000 el soberano de la dinastía Piast, Boleslao el bravo, se encontró con el emperador Otón III, quien le reconoció como su aliado, permitió la coronación de Boleslao y aceptó a Polonia como una provincia eclesiástica independiente.

Durante el reinado de Boleslao Bocatorcida, no se pudo detener el desmembramiento del estado, ya que este, antes de su muerte en 1138, decidió dividir el país entre sus sucesores. El peso político de Polonia en la escena internacional se debilitó, el cual no se recuperó hasta mediados del siglo XIV.
Sin embargo, fue una epoca de desarrollo, a pesar de las invasiones tartaras. Se fundaron nuevas ciudades y se establecieron las relaciones derivadas de la posesión de la tierra y los caballeros obtuvieron tierras a cambio del servicio al rey. Se fundaron muchos conventos y monasterios y muchos habitantes de otras partes de Europa vinieron a la floreciente nación.

Durante el reinado de los últimos de la dinastía Piast (Ladislao el Parvo y Casimiro el Grande) se logró reunificar una gran parte del territorio y se recuperó el lugar fuerte que antes se ocupaba en la vida política, económica y cultural de Europa. En 1364, se fundó la universidad de Cracovia, la segunda en Europa Oriental. La floreciente capital de Polonia jugaba entonces el rol de un centro diplomático europeo. Entre los principales problemas del país se tenían los conflictos con los bohemios y, desde el año 1226, con los Caballeros Teutónicos, que habían conseguido crear un fuerte estado que amenazaba constantemente las fronteras polacas.

Casimiro el Grande no tuvo herederos y de esta forma en 1370 se extinguió la línea principal de la dinastía Piast. El trono polaco pasó entonces a Luis de Hungría (1370-1384) y a su hija Eduvigis de la dinastía Anjou, la cual se encontraba aliada con anterioridad y relacionada con los Piast por lazos de parentesco. La fuerte amenaza de los Caballeros Teutónicos llevo a Polonia a realizar una alianza con Lituania, por lo cual se tuvo que romper el compromiso de Eduvigis, aún menor de edad pero coronada como Reina de Polonia, con el heredero al trono del Imperio Austro-Hungaro con el objetivo de llevar a cabo su matrimonio con Jagiello (Jaguelón), el Gran Duque de Lituania.

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